lunes, 23 de noviembre de 2009

Pensar en nada, pensar en algo.

“Soy tuya son mías” es un comercial, de la cerveza Brahma, lanzado al aire en Argentina. Este corto va dirigido a un público específicamente masculino y de dicha nacionalidad. Algunos de los comentarios dirigidos a este, afirman que es un típico ejemplo de comercial machista, en el que se representa a la mujer como un objeto meramente sexual que se encuentra a disposición del hombre y este, a su vez, puede cualquier cosa que se imagine para con ellas. Pero esto, ¿será del todo cierto? Y si lo es, ¿cómo llega a serlo? Analizaremos las mencionadas interrogantes en el siguiente texto.


Una publicidad busca reflejar en su corto a la sociedad a la que va dirigida. Es con este fin que cuenta con un escenario, vestuario, casting y utiliza también un lenguaje determinado. En este caso el spot fue estructurado como una narración, en la que un chico, que camina de la mano de su enamorada, se imagina con una serie de mujeres atractivas que ve en el camino que le afirman que son suyas y que el puede hacer lo que le plazca con ellas. Todo esto, que transcurre con un dejo argentino, refiere coloquialmente y con un tono de voz determinado a situaciones que sólo una mente adulta es capaz de comprender.


La imagen de la mujer es expuesta como un simple objeto al alcance del hombre; por lo cual, podemos afirmar que efectivamente es machista. A lo largo de todo el comercial las mujeres exponen sus cuerpos de sobre manera. En un inicio salen disfrazadas de enfermeras, luego policías, colegialas, etc. En fin, el único rol de la mujer en el comercial fue el de complacer al hombre, quien ya se encontraba con enamorada; sin embargo, tenía “derecho a pensar en nada”.


Es al final del comercial donde el hombre comprometido que representa a la sociedad argentina demuestra que tiene “derecho a pensar en nada”. Instantes después, una voz masculina reafirma el género del público objetivo, usando la primera persona en esa suerte de deseo que califica de “buena onda” el hecho de poder tener a todas las mujeres que quieran, deseo que será cumplido al instante de tomar Brahma.


Sustentos sobran para calificar a este comercial como machista, que denigra la imagen de la mujer, representándola como un objeto sexual. Lo curioso de todo esto, radica en que una gran cantidad de la población (no sólo argentina sino mundial debido a la magnitud del hecho repetido en casi todas las sociedades actuales) critica estas publicidades; no obstante, se siguen transmitiendo. Muy aparte de que sea machista, lo cual ya probamos, nos gustaría afirmar también, que todavía hay mujeres que contribuyen con la elaboración de estos mensajes publicitarios, los cuales no serían posibles sin su “ayuda”.


Soy tuya Son mias

domingo, 15 de noviembre de 2009

Nuria María Palanco López es una profesora del área de Ciencias Sociales de la Universidad de Málaga, España. Ella escribió un texto acerca de los estereotipos sociales, en el cual toma una determinada postura. Por otro lado se encuentra arresoza, quienes toman desde Lima, Perú su propia postura frente al mismo tema. En ambos discursos se habla sobre los estereotipos sociales, de dos sociedades físicamente lejanas pero culturalmente muy ligadas. ¿Serán ciertos tantos estereotipos? y si lo son ¿tienen algo de malo?



El texto español afirma que “…en pleno siglo XXI, no es lo mismo ser hombre o mujer, aún nuestra sociedad está muy esteriotipada, encorsetada y necesita etiquetar y clasificar.” y nosotros simplemente no encontramos qué de malo hay en eso. La autora alega que las características sexuales son las únicas que nos diferencian en realidad. “Así, en base a una diferencia biológica (sexo) se construye una desigualdad social que coloca en una posición de desventaja a las mujeres respecto de los hombres en nuestra sociedad.”, lo cual refleja que su sociedad es igual a la nuestra.


El mismo diccionario de la RAE define estereotipo como “imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable” y Palanco López rápidamente dice que son falsos. Nosotros creemos que un estereotipo no es una verdad absoluta; sin embargo, es un concepto general, que aplica a la mayoría de los casos de los que se habla. Luego de explicar los tres grupos de estereotipos que hay, siendo estos los positivos, neutros y negativos, se define al prejuicio como “aquel estereotipo por medio del cual juzgamos a las personas”. Esto último concluye que no todos los estereotipos causan prejuicios y por lo tanto son malos.


Una vez leído el discurso en su totalidad, notamos que al igual que nosotros, la profesora española encuentra en su sociedad una serie de estereotipos de género que restan importancia a la mujer y la bajan de nivel. La diferencia de opiniones está en que a diferencia de nosotros, Palanco López se aferra a la idea de que los hombres y las mujeres son total y completamente iguales, a excepción del ámbito biológico. Las diferencias culturales entre ambos sexos se están acortando y somos concientes de que no sólo la biología diferencia a hombres y mujeres, sino también factores como reacciones ante situaciones tales como las del comercial ya analizado.


Por último, no consideramos que estas diferencias socioculturales como las que remarca Heineken con el tema de los zapatos y la cerveza sean negativas. Dichos estereotipos que asocian a la mujer con los zapatos y una determinada reacción y a los hombres con la cerveza y otra reacción buscan reforzar esa frontera entre lo que es ser hombre y ser mujer. En todo caso, la diferencias no ubican a un género sobre otro sino al costado del otro.










http://www.eumed.net/rev/cccss/03/nmpl.htm

sábado, 7 de noviembre de 2009

Zapatos para las mujeres, ¿cerveza para los hombres?

Uno escucha zapatos y, automáticamente, piensa en mujer, en esa reacción casi histérica propia de ver el último par que compró una amiga, seguida de una “sana envidia”. Este prejuicio de cualquier sociedad occidental fue descubierto por los publicistas y es ahora utilizado por ellos mismos para su incansable tarea de vender. La representación de la asociación entre mujer y zapatos está quizás ya malgastada y la agencia publicitaria contratada por la cerveza Heineken tiene conocimiento de esto. Es por esta razón que adaptaron el ya mencionado prejuicio al sexo opuesto, logrando como resultado un cómico spot publicitario que será analizado en el texto a continuación.





La tarea de un publicista es vender, ¿Cómo lo hace? Representa a la sociedad lingüística y audiovisualmente, de manera orientada a su producto o servicio. Muchas veces, distintos spots pueden llegar a ser racistas o sexistas. En este caso, la cerveza Heineken juega con el prejuicio de la mujer y su obsesión por los zapatos y la traslada al sexo opuesto. Una pareja, aparentemente de recién casados, invitó a sus amigos a conocer su nuevo departamento. Ella realiza un pequeño tour por la casa, el cual tenía como destino final su walking closet, repleto de zapatos. Automáticamente todas sus amigas entraron en crisis y comenzaron a chillar y saltar de la excitante envidia. Es entonces que sus gritos son opacados por unos más graves y fuertes, provenientes del otro lado de la habitación. La toma enfoca a su esposo junto a sus amigos en una reacción muy similar a la suya, una reacción femenina con rasgos de masculinidad, que tiene lugar en una cámara frigorífica llena de botellas de la ya mencionada marca. Definitivamente, es este giro el que brinda al comercial un matiz cómico.


Todos los comerciales están orientados a un público específico y este no es la excepción. En este caso, se interactúa con hombres y mujeres de cultura occidental y de clase alta. Esto está explícito en la publicidad ya que sus actores y actrices son siempre un ejemplo de su público objetivo; además, la clase está definida por el departamento, la ropa, la forma de hablar y la misma marca de cerveza. Se sabe que la cultura representada es la occidental, ya que se aprecia una igualdad entre ambos que la cultura musulmana por ejemplo, no tendría.


Generalmente, se suelen escuchar varios diálogos entre los personajes del comercial. En esta publicidad, se hace un uso mínimo del lenguaje, debido a que las representaciones de los rostros son suficientes para entender el mensaje; es decir, el componente audiovisual es tan bueno que no hacen falta palabras. Al final del spot, con una pantalla negra de fondo, aparecen unas letras blancas que forman el siguiente slogan: “Heineken, serving the planet”. ¿Puede realmente una cervecera servir al planeta? Y si lo hace,¿de qué manera?. Es probable que lo que buscan o en todo caso, se jactan de lograr, sea el hecho de reafirmar esta analogía que empareja a las mujeres con los zapatos y a los hombres con la cerveza.




El éxito del comercial es definitivo, no sólo el de esta publicidad en específico, sino el de toda la campaña publicitaria de la conocida marca encabezada por la frase “sirviendo al planeta”. Como conclusión, las diferencias entre hombres y mujeres siempre han existido. Ahora la brecha que separa ambos sexos se está acortando y una reafirmación de actitudes propias de cada uno es bienvenida, así sea hecha por una cervecera y utilizando elementos probablemente muy materiales.